A través de los movimientos de los representantes durante la constelación y a través e los resultados a los que ellos conducen, salen a la luz tanto los desórdenes que llevan a problemas y enfermedades  como así también los órdenes que deben ser respetados y reestablecidos. Todos esos órdenes son del amor y de la vida.

1. Todos tienen el mismo derecho a pertenecer
El primer y fundamental orden del amor dice: “Todos los que forman parte de nuestra familia tienen el mismo derecho a pertenecer.

El cumplir o transgredir esta condición se manifiesta con una sensación de culpa o inocencia, y la mala conciencia por sentimientos de culpa o malestar. 
La necesidad y el anhelo de pertenencia o vinculación a nuestro  sistema familiar no es solamente un sentimiento individual, sino universal.

La conciencia personal vigila que cuidemos esta pertenencia.

Cuando un niño nace se integra sin cuestionamiento a su grupo de origen, con todo y las consecuencias que pueda tener en su vida. El niño sabe que pertenece a ese grupo familiar. Este conocimiento y este vinculo es el amor: el amor original o primario. La vinculación es tan profunda que el niño está dispuesto a dar su vida y su felicidad por ella.



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