Estamos en la era de la información y pese a que existe un conocimiento ilimitado, el ser humano aún no sabe usar con sabiduría ese conocimiento para su provecho. Por el contrario entre tanta información parece perdido entre el abismo de la soledad ¿Por qué ocurre esto?
La famosa frase “Conócete a tí mismo” que ha existido desde la antigüedad parece enseñar un principio básico, que en medio de la vorágine de la sociedad contemporánea pasa desapercibido. Hoy día parece que se tienen muchos amigos o que lo que se dice individualmente es importante, gracias al boom de las redes sociales. Pero en medio de todo eso las personas en lugar de mejorar su calidad de vida… tienen más depresión, más tristezas y por ende más enfermedades.
Se cree que con toda esa información exterior se puede evitar el ir al centro mismo de la sabiduría “El interior” “EL corazón” “El sí mismo”, cada persona es en sí misma un cúmulo de experiencias, no sólo suyas sino de toda la raza humana…entonces ¿Por qué alguien externo a tu persona tiene que saber más de ti… que tu mismo?
La razón es simple, estamos en una sociedad totalmente insegura de sí misma… desde el hogar el niño requiere ser validado…sus padres son su fuente de seguridad y autoestima, si este vínculo se daña o el niño no recibe esta atención…siente que “hay algo malo en él o en ella” y va por el mundo buscando que los demás le den el valor que no recibió o bien puede hacer todo lo posible por revivir ese rechazo inicial y así se perpetúa su dolor.
El niño concibe su identidad unida a sus padres, cuando se rompe el vínculo con ellos antes del tiempo necesario para su desarrollo emocional…se desvincula de sí mismo.Entonces ya no sabe que quiere… que siente…quién es. Queda desorientado y cuando una persona sufre un trauma a temprana edad, deriva en una especie de “congelamiento” y aunque avance en edad en su interior sigue siendo el niño herido e inseguro.
Es necesario empezar a calentarnos con el fuego de nuestra consciencia para que se descongelen los témpanos de nuestro dolor, aunque ocasionalmente esto implique un cataclismo emocional. Es urgente ver el corazón, contactar con los sentimientos, las sensaciones e inclusive con los pensamientos de miedo…en búsqueda del SER perdido.Nada de lo que se haga o se obtenga en el el exterior jamás llenará el vacío del hombre que se ha desconectado de sí mismo.
¿Qué se puede hacer para contactar con la sabiduría interna?
  • Hacer contacto con tus sensaciones, observar que está experimentando tu cuerpo ¿Qué quiere realmente? ¿Qué mensaje te quiere transmitir? 
  • Quedarte en silencio, aunque sean 10 minutos diarios cierra tus ojos y quédate en silencio y observa tu diálogo interno ¿Qué te dices a ti mismo? 
  • Centra la atención en tu respiración, se consciente de tu inspiración y tu expiración. Con la inspiración recibes la vida y con la expiración desechas lo que no necesitas. Prueba a hacer más larga la expiración y observa como te sientes ¿Qué percibes?
  • Disfruta de tu compañía, simplemente consintiéndote siendo consciente que eres tu mejor compañía
  • Habla contigo mismo y observa como te tratas. 
  • Cada decisión que tomes, tomate el tiempo necesario para escuchar tus sensaciones, tu intuición
Cada quien tiene dentro de sí la respuesta para sus problemas y conflictos, al final es tu propia vida la que vives y nadie puede saber qué es lo mejor para ti. Mira tu interior, escucha los latidos de tu corazón…el movimiento de tus órganos internos…date el tiempo necesario para hacer silencio y escuchar lo que pide tu SER que tiene la sabiduría a tu medida y que en la medida que accedas a ella se fortalece.
“Confía en tu Ser, pídele lo que necesites pero no le indiques ni discutas cómo te lo conceda. Porque él, ve toda tu existencia y más allá y sabe perfectamente qué y cómo es lo que te conviene en este preciso momento.”(Sai Baba)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *