Bert Hellinger, con su enfoque fenomenológico, descubrió que al configurar la Constelación Familiar, las y los participantes que sirven como representantes de miembros de una familia, expresan los sentimientos y sensaciones, que reflejan auténticamente a quienes representan (sin haberlos conocido previamente). 

Se expresan las complejas fuerzas conflictivas que actúan en los sistemas humanos, así como el camino hacia las soluciones que parecían inaccesibles o inclusive inimaginables. 


El método de las Constelaciones Familiares ayuda a completar los pendientes familiares, dejando a cada persona con su propia responsabilidad y su lugar de dignidad en la familia. De esta manera se reestablece el orden del amor y se rompe la cadena de destinos trágicos.


Este método de trabajo no requiere la presencia de toda la familia, se puede trabajar a partir de una persona todo el sistema familiar. Se trata de una forma de terapia individual que se realiza con un grupo de personas interesadas que sirven de representantes unas a las otras al configurar las familias.

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