Preguntas Frecuentes

¿Qué son las constelaciones familiares?

En la actualidad, al hablar de “Constelaciones Familiares” se hace referencia tanto a un proceso de intervención terapéutica como a la corriente que, a partir de la década de los 80, desarrolla el terapeuta y filósofo alemán Bert Hellinger.

Las Constelaciones Familiares hacen parte de la terapia sistémica. Se ve a la persona con su problemática inmersa en una vasta red de relaciones y vínculos fundamentales. No se la mira de manera aislada. Esta red no sólo incluye a los padres y hermanos, sino a los miembros de generaciones anteriores, así como a toda persona que favoreció o causó dañó al sistema familiar. Así, a través de las Constelaciones Familiares puede mostrarse que nuestra dificultad o dificultad para abrazar la plenitud o el éxito tienen su origen en eventos, enfermedades o sentimientos que fueron vividos por personas que vivieron muchos años atrás y que incluso no conocimos.

Guando él o la consultante hace una constelación obtiene una imagen del estado de los vínculos y de las dinámicas ocultas a través de las cuales perdemos la salud, la tranquilidad, la paz o la plenitud.

¿Cómo son las constelaciones?

En realidad, el desarrollo de una constelación es sencillo. Durante el taller, el consultante presenta el tema que pretende constelar y el constelador pide a la persona que escoja entre los presentes quien represente a los miembros de la familia que el terapeuta le indique. El o la consultante los acomoda en el espacio en el que se llevará a cabo la constelación considerando la relación que tienen entre sí los miembros de la familia.

Una vez hecho esto, los representantes se mueven libremente y, cuando el terapeuta les pregunte dirán cuáles son las sensaciones corporales y los sentimientos que están experimentando. Así se hacen evidentes las dinámicas ocultas que mueven el sistema y llevan a la persona a ubicarse de una determinada manera en la vida.

Pero resulta muy difícil de describir el profundo proceso sanador que se despliega a partir de ese sencillo acomodo inicial que realizó el o la consultante. La dificultad de transmitir esto a través de una descripción es similar a la que encontraríamos al querer describir el particular sabor de la miel a quien nunca ha conocido el sabor dulce. Lo recomendable es participar de un taller para dar testimonio de los procesos.

¿Cómo es que funciona una constelación?

La constelación actúa en el alma de la familia y en el alma de quien consulta. Es ahí donde se llega a una solución que contemple el bienestar de todos los miembros de la familia. Una solución que muchas veces pasa por honrar nuestros vínculos con los padres hermanos y ancestros. Pero también pasa por el reconocimiento del lugar único e irrepetible que ocupamos en la familia y por asentir a nuestro destino y a nuestra vida tal y como es.

¿La gente actúa? ¿Cómo escojo a un “buen” representante?

No hay posibilidad de error a la hora en que escogemos los representantes. No deben tener habilidades especiales. Cualquier persona tiene lo necesario para percibir y reportar las sensaciones que experimenta en relación con los demás representantes.

Es muy asombroso ver cómo la persona que constela reconoce las actitudes de su familiar en lo que reportan los representantes, a pesar de que no conocen a quien están representando. No se trata pues de una actuación. Sino de una percepción que surge del lugar en el que se nos coloca.

¿Cómo me sirve para el problema?

Las constelaciones como todo método terapéutico no pueden decirse que sirva a todos ni para todos los posibles temas humanos. Sin embargo, es muy amplio el espectro de problemáticas, enfermedades y asuntos que pueden atenderse a través de esta terapia. Desde asuntos relacionados con las dificultades que estemos viviendo en la pareja, con la familia de origen o en el ámbito de lo laboral o la salud, hasta los obstáculos que encontramos en nuestro crecimiento o la repetición de enfermedades, tragedias, o patrones de comportamiento que viajan de una generación a la siguiente. O incluso para encontrar nuestra vocación o poner orden en la empresa o en la familia.

A través de la constelación pueden desanudarse los enredos de nuestro sistema familiar dejando que el amor fluya con libertad y recuperemos la fortaleza que estaba detenida en el conflicto.

¿Quién las desarrolló?

Las constelaciones familiares fueron desarrolladas por el terapeuta y filósofo alemán Bert Hellinger, quien nació en el primer cuarto del siglo XX y fue miembro de una orden misionera católica en la cual sirvió durante 16 años en África, entre los Zulú. Más tarde estudió el psicoanálisis, Dinámica de Grupos, la Terapia Primal, el Análisis Transaccional y diversos métodos de Hipnoterapia. Finalmente, desarrolló una nueva terapia sistémica y transgeneracional que hoy llamamos Constelaciones Familiares, que son reconocidas y respetadas en todo el mundo y son aplicadas a muy diversos campos, no sólo a la psicoterapia. Ha probado ser un método útil en el campo de la medicina, la pedagogía, el nivel empresarial y otros muchos.

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¿Cómo puedo saber cuál es el tema fundamental o el más importante a tratar en la constelación?

Antes de realizar un trabajo de constelación, es altamente recomendable tener una cita privada con la terapeuta de manera que se esclarezca el tema prioritario y la forma de abordar dicho tema personal. También no es posible saberlo cuando algo en nuestra vida no está funcionando y no tenemos una explicación para que esto suceda.

¿Por qué dicen que es más rápido que ir con el psicólogo?

Las Constelaciones Familiares, al ir directamente a las dinámicas ocultas que operan en el alma de la familia, muestran en muchos casos efectos inmediatos que señalan que la persona está caminando por sí misma hacia la solución.

¿Lo puedo tomar en privado, o es siempre en público?

Las constelaciones familiares pueden hacerse en un taller, con un grupo de personas o bien en consulta privada. En este último caso, la terapeuta se servirá de figuras, huellas o imágenes internas para llevar adelante la constelación con su consultante.

¿Cuál es la edad conveniente para constelar?

La consulta para constelación es recomendada a partir de los 14 años en adelante. Sin embargo, los problemas o dificultades que muestren los niños como por ejemplo: déficit de atención, violencia, acoso escolar, bajo rendimiento, etc. pueden ser trabajadas a través de una constelación que hagan los padres del niño o la niña.

¿Tiene que venir toda mi familia?

No. Sin embargo, para que se cuente con los recursos necesarios para llevar adelante un taller de constelaciones se solicita al consultante o la consultante que asista a su constelación acompañado de dos personas de su confianza que pueden o no ser de la familia para que el grupo sea nutrido.

¿Cuántas veces puedo constelar? ¿Con qué frecuencia?

La frecuencia la determinará el terapeuta según el caso. Sin embargo, no es recomendable hacer una segunda constelación antes de los 3 meses de realizada la primera. Excepto que el terapeuta o la terapeuta sugieran otra cosa según sea el caso.

Si quiero trabajar la relación con alguien muerto. ¿Se puede?

Sí. Pueden mirarse hacia la relación con todos los que forman parte de nuestro sistema familiar, sea que vivan o hayan pasado de este mundo.

¿Cómo los muertos pueden influir en mí?

Estamos hechos de los cromosomas de nuestros antepasados biológicos. Si admitimos la transmisión de los rasgos físicos porque no los de la vida emocional de nuestros abuelos. En efecto estamos tejidos por todo lo realizado por nuestros ancestros. Lo que dejaron sin hacer recae sobre nosotros y nuestros descendientes con la esperanza de que alguien lo realice. Pero no sólo es transmisión, también lo que hacemos tiene repercusión sobre los muertos. Todos, vivos y muertos, estamos interconectados.

Se pueden hacer estas constelaciones para ordenar. Pero esto no suprime la trama de vínculos que tenemos, vínculos que empezarán a hacerse efectivos en distintos momentos de la vida, según fechas aniversarios, memorias de lugares, destinos que cruzamos etc.

¿Cada cuánto se puede constelar?

Al principio, Hellinger decía que una vez en la vida. Después decía que era preciso esperar un mínimo de dos meses entre cada constelación, posteriormente ya no ponía plazo.

Lo que observo es que no hay regla. A menudo hay que dejar pasar tiempo después de la primera constelación. Otra observación es que los plazos se están acortando mucho.

¿Se puede contar la constelación?

Se puede contar la constelación a una persona íntima, compartiendo con ella la película de los hechos y las emociones. Lo que es negativo es analizarla, racionalizarla, durante los primeros días posteriores a su realización.

Cuanto menos hablemos de una constelación mejor, pues ya pasó y lo que estamos describiendo ya no es. Y hablar de ella es hacer retroceder la energía en el momento en que se desarrolló la constelación.

¿Las constelaciones son compatibles con otras terapias?

Sí, totalmente. Uno se da cuenta que con las constelaciones ya no se necesita tanto apoyo de una psicoterapia larga, en caso de necesitar este apoyo, pero sí puntualmente de terapias breves. Por ejemplo, las terapias energéticas son muy eficientes justo después de una constelación; las psicoterapias humanistas, las terapias de liberación o integración de los traumas son a menudo necesarias y suelen ser terapias breves.

¿Cómo es el proceso después de una constelación?

Cada proceso es diferente. Podremos experimentar más fuerza, más paz o más alegría desde un principio. Puede uno sentirse extraño durante unas horas o unos días. El síntoma constelado puede desaparecer de un modo espectacular o paulatinamente o incluso recrudecerse antes de desaparecer.

Uno va notando, en sí mismo y en los que le rodean, cambios sutiles o inexplicables.

Todo lo que se vive en la constelación se vuelve a vivir en la vida real, a veces en cuestión de horas (a menudo en los sueños), a veces en cuestión de meses, según la importancia del cambio.

Son cambios muy profundos los que se realizan a través de una constelación, necesitan muchos meses para abrirse camino. Las grandes tradiciones espirituales hablan de uno a dos años para la instalación del cambio radical.